Los hábitos orales son comportamientos repetitivos que involucran la boca y las estructuras faciales, y que a menudo surgen en la infancia. Estos hábitos pueden tener diversas causas y pueden causar un impacto significativo en la salud bucal y la apariencia facial. En este blog, exploraremos algunos de los hábitos orales más comunes, sus causas y las consecuencias asociadas, así como estrategias para superarlos.
Succión Digital
El chuparse el dedo es un comportamiento natural en bebés, ya que les proporciona consuelo. Sin embargo, cuando este hábito persiste más allá de la infancia, puede estar relacionado con el estrés, la ansiedad o la imitación de otros niños.
Chuparse el dedo puede causar problemas en el desarrollo de los dientes y los huesos maxilares, causando maloclusiones y deformidades en el paladar.
En casos persistentes, un odontólogo puede recomendar aparatos ortopédicos que ayuden a evitar la succión digital.
Succionarse el Labio o el Carrillo (mejilla)
Este hábito puede surgir por imitación de otros niños o como una forma de buscar consuelo. A menudo, ocurre inconscientemente.
Este hábito puede provocar irritación de la piel, lesiones en la mucosa oral y, en casos graves, puede desencadenar problemas de mordida.
La conciencia del hábito es el primer paso. Usar un espejo para identificar cuándo ocurre y poder acudir por ayudar. Además, buscar actividades alternativas para mantener las manos ocupadas puede ser efectivo. En aquellos casos donde el hábito empieza a generar problemas de mordida, los aparatos ortopédicos serán la terapia adecuada y de primera elección.
Onicofagia (morderse las uñas)
El morderse las uñas puede ser una respuesta al estrés, la ansiedad o el aburrimiento.
Este hábito puede dañar las uñas y la cutícula, aumentando el riesgo de infecciones. También puede causar problemas en los dientes si es realizado con frecuencia.
Tratar las causas subyacentes de estrés o ansiedad es importante. Además, se pueden utilizar esmaltes de uñas con sabor amargo para disuadir el morderse las uñas.
Acudir a una revisión al odontólogo para detectar desgastes dentales como consecuencia del hábito es importante para evitar cambios en la forma del diente a futuro.
Bruxismo
El bruxismo es un hábito oral en el que se rechinan o aprietan los dientes, generalmente durante el sueño. Puede ser causado por el estrés. Sus consecuencias incluyen dolor dental, de cabeza, trastornos de la articulación temporomandibular (ATM), y problemas de sueño. Para prevenirlo y tratarlo, se recomienda terapia de relajación, protectores bucales, terapia física, alineación dental y, en algunos casos, medicamentos. Abordar el bruxismo a tiempo es crucial para evitar complicaciones a largo plazo. Consulta a un odontólogo si sospechas que padeces bruxismo es importante para prevenir dolores dentales y articulares.
Recuerda que cuanto antes detectes estos problemas, más fácil será evitar consecuencias más complejas de corregir. En el caso de que notes cambios en tus estructuras dentales o en los músculos faciales debido a estos hábitos, es fundamental buscar una revisión odontológica. Esto es especialmente importante en la infancia, ya que, en esta etapa, estos hábitos son más fáciles de corregir y prevenir futuros problemas. No subestimes la importancia de cuidar tu salud bucal y facial desde temprano.